Cuando otros nos invitan a reflexionar

Las charlas TEDx dan mucho de sí, hay unas cuantas joyitas circulando por ahí, y de vez en cuando te topas con una de ellas. Aquí os dejo una que me ha gustado mucho:


Ya la habéis visto, ¿no? Pues bien, este hombre, León Trahtemberg nos habla de varias cosas sobre las que yo también quiero opinar. En primer lugar, nos plantea una cuestión: ¿En que te fijas cuando visitas un colegio al que estás valorando llevar a tus hijos? Pues sinceramente, ni idea, ya que todavía no he vivido esta experiencia. Eso sí, como profesional sí he visitado colegios, unos cuantos; para mí es como cuando estás buscando vivienda, hay una serie de cosas que tienes en tu lista (que tenga luz natural, buena distribución de estancias, etc.), pero para mí lo más importante es la sensación que me transmite, desde el momento en que pongo un pie en el portal. Creo que con el cole pasa lo mismo, es en cierto modo un hogar, un espacio donde vas (bueno, tus hijos van) a pasar muchas horas, con mucha gente, haciendo muchas cosas, y lo más importante es que estén a gusto. Es muy difícil aprender si no estás a gusto. Luego están otros temás, como este (la frase de León ya lo dice todo, me abstengo de comentarios): «Los niños que necesitan el mejor colegio, son rechazados por aquellos que dicen ser los mejores colegios».

 

Por otra parte, habla  de las inteligencias múltiples, y de la importancia de cultivar las fortalezas, porque «Tu éxito se va a construir sobre tus áreas fuertes, no sobre tus áreas débiles». Me parece algo tan obvio y tan alejado a la vez del pensamiento al que estamos acostumbrados. ¿Por qué damos tanta importancia a lo que no se nos da bien, al ejercicio que no supe hacer, al examen que suspendí…? Por supuesto que, si realmente queremos hacer algo y de entrada nos cuesta, pues a echarle horas y esfuerzo, pero sólo si queremos; no podemos ser buenos en todo, hay cosas que se nos dan mejor que otras, hay cosas que nos gustan más que otras. Es muy triste que haya personas que, a pesar de ser brillantes en muchos aspectos, por el simple hecho de no tener buena capacidad memorística estén condenados al fracaso, al sufrimiento y al desprecio en la escuela.

 

Llegamos a la parte más divertida (en la charla, claro, porque lo que sucede en el mundo real también me parece bien triste): la creencia de que copiar es inmoral. Para mí, la capacidad de hacer chuletas es todo un arte, no sólo eso, sino que es un gran método para aprender. Si no eres capaz de memorizar una tabla, pero tienes la capacidad de síntesis y de concentración para condensarla en un minúsculo trozo de papel, no eres mal estudiante, eres un auténtico crack. La única pega que le veo es que no creo que sea muy bueno para la vista, jeje. Y si hablamos de copiar entre compañeros, entran en juego momentos realmente bellos; yo recuerdo situaciones en las que compis con los que apenas hablaba me soplaron cosas, porque sí, y eso me hizo sentir apreciada y querida, por gente en la que nunca habría pensado de manera afectiva si no fuera por esa simple anécdota. La conclusión está clara: «Si ustedes no quieren que los alumnos se copien, no les hagan preguntas que se pueden contestar copiando».

 

Y respecto a la anécdota final, sencillamente: sacar buenas notas no implica ser mejor persona. Consolar a un compañero, o a un amigo, que llora porque le ha salido «mal» un examen, o porque un profesor le ha suspendido… Pocas cosas me hicieron sentir tanta rabia en mi infancia como estas situaciones, ver a alguien que quieres sufriendo, pero sufriendo de verdad, por un simple número que alguien le ha asignado, es una vergüenza. Aprendamos a evaluar y empecemos evaluándonos a nosotros mismos. Si queremos seres empáticos, pues empaticemos con ellos: ¿Cómo nos sentiríamos si alguien decidiese que el conocimiento de una serie de datos implica que seamos «buenos» o «malos» en nuestro trabajo?; no nuestra experiencia, ni nuestra implicación, ni nuestros valores, ni nuestras fortalezas… simplemente datos. Yo no soy los datos que almaceno en mi memoria, soy mucho más ¿y tú?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *