Pérdida gestacional y desinformación

Desinformación normalizada durante la pérdida gestacional

No recibí una atención excelente por parte de los sanitarios cuando pasé por mi aborto. Ni siquiera siento que recibiera una buena atención. La única persona que me ofreció un trato excelente fue precisamente la que lo hizo desinteresadamente, ya que acudí a ella desde el ámbito personal.

De más de 15 ocasiones entre visitas a urgencias, ecografías, consultas telefónicas y online, analíticas…. en fin, más de 15 contactos con profesionales sanitarios, y la única situación de la que no tengo queja es de la histeroscopia final, en la que me atendieron muy bien (aunque no entiendo por qué no podía estar acompañada, y puntualizo que fue antes de la pandemia). En todas las demás hubo algo que, en mi opinión, no fue correcto. Y esta, aunque no es la única queja que tengo, sí creo que es la más grave: una absoluta ausencia de información.

Os pongo en situación: estoy embarazada de 10 semanas, empiezo a sangrar, voy a urgencias, me dicen que tiene bastante pinta de aborto pero no es seguro, que tengo que volver una semana después para confirmar, que vuelva a urgencias si tengo mucho dolor o si sangro mucho, y ¡FIN! Vete a tu casa y a ver qué pasa. A ver, es cierto que me preguntaron si tenía alguna duda, pero yo estaba en shock, no era ni consciente de las dudas que tenía.

Por supuesto, las incertidumbres enseguida empezaron a aflorar a lo bestia: 

  • ¿Qué es sangrar mucho? Mis reglas son muy abundantes, así que no sabría decir si estoy sangrando mucho o normal.
  • Si es efectivamente un aborto, ¿qué va a pasar?
  • ¿Qué es normal que suceda en este proceso y qué no es normal? Aparte de sentir mucho dolor o sangrar mucho que, en fin, ya es motivo para ir a urgencias en cualquier circunstancia.
  • ¿Cuáles son los tratamientos para gestionar un aborto medicalizado?
  • ¿En qué momento puedo llegar a la conclusión de que efectivamente es un aborto y puedo despreocuparme de las restricciones que se aplican al embarazo?

Y más que ahora mismo no recuerdo… ¿Cómo puede ser que dieran la consulta por concluida sin hablarme de cómo se desencadena un aborto, cuando lo más intenso del proceso iba a suceder antes de la siguiente consulta? Todavía no entiendo esta carencia, en mi recuerdo de aquel momento es como si hubiera un vacío, un agujero sin rellenar en la historia. Pero no lo hay, la historia fue así, sencillamente no me informaron de nada más allá de que a lo mejor lo que me pasaba era un aborto y a lo mejor no.

Tiempo después, hablando con otras madres que habían sufrido pérdidas gestacionales, corroboré que esa ausencia de información es algo muy habitual. Es más, en muchos casos es peor todavía, ya que se convierte en desinformación. Es frecuente que una madre que está asumiendo que no va llegar a conocer a su bebé, o que tiene que despedirse de él demasiado pronto, reciba información incorrecta acerca de sus opciones. Esta es una gravísima carencia del sistema, que se suma a las demás carencias que sufrimos las mujeres en lo que a nuestra salud sexual se refiere.

Pero no escribo esto para quejarme y encerrarme en el victimismo. Lo que me gustaría conseguir es:

  1. Visibilizar un problema real
  2. Proponer soluciones

Escribir estos artículos sobre mi pérdida gestacional y compartirlos en mis redes es mi granito de arena para contribuir a la visibilización de este gravísimo problema.

En cuanto a proponer soluciones, creo que el trabajo que requiere esto debería implicar al conjunto de la sociedad. Como casi siempre, todo mejoraría muchísimo si nos enfocáramos en la educación y atajáramos el problema antes de que empiece. La escuela en la que memorizamos datos y los vomitamos el día del examen está obsoleta. Hay que plantearse un gran cambio de paradigma en el que acompañemos a todas las personas en su proceso de desarrollo para prepararles para el mundo de la mejor manera posible. Y en ese trayecto no podemos dejar de lado los grandes temas, como la gestión emocional o la educación sexual (que muy poquito a poco se van abriendo camino en el ámbito educativo), así como hablar del nacimiento y la muerte (y aquí reservaríamos un espacio para la pérdida gestacional). Por supuesto, igual que habría que normalizar el tratamiento de todo esto en la escuela, también es fundamental hacerlo en el ámbito privado, en familia y con nuestros seres queridos.

Pero vayamos a una medida más concreta y más alcanzable a corto plazo: los profesionales sanitarios necesitan formación. Es desolador que sus carencias formativas no sean abordadas a nivel global y tengan que ser muchas veces los mismos sanitarios, a nivel individual, quienes inviertan sus recursos personales en mejorar la calidad de sus servicios. En este sentido, Bolboretas no Ceo Norte está sacando adelante una propuesta que creo que va a resultar muy útil para avanzar. Se trata de un tríptico para entregar a las familias al comunicarles la pérdida de su bebé. Aquí os lo dejo para que podáis ver de qué se trata:

Triptico-BolboretasNoCeoNorte

Hay mucha más información necesaria, dependiendo de las circunstancias, pero en este simple documento ya aparecen los  temas clave y se establece un tono coherente, respetuoso y amable. Es así de sencillo hacer las cosas bien. Y es tremendamente importante para las familias que pasen por ello que se les acompañe con profesionalidad.

¿Se te ocurren otras propuestas o acciones directas que puedan ayudar a hacer las cosas un poquito mejor? Te leo 🙂

 

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