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Llegados a este punto… estoy cansada

Sí, estoy cansada. Diréis: «Normal, con un niño pequeño, lactante, que no va a la guardería, etcétera etcétera…». Pues no, no es la Sabina mamá la que está cansada. La Sabina mamá es una persona muy feliz, es la versión más feliz de Sabina que conozco (y no digo que a veces no me encuentre agotada de atender a mi hijo, y que viva esa terrible contradicción entre desear con todas mis fuerza pasar tiempo con él y a la vez que se duerma o que otra persona se lo lleve a dar un paseo… pero eso es para otro post, jeje). Tampoco es la Sabina que limpia la casa la que está cansada, lo cierto es que cada vez me exijo menos y me organizo mejor. Ni la Sabina pareja, en ese aspecto también soy una persona muy feliz y me siento querida, apoyada, respetada… y lo paso de maravilla cuando comparto tiempo con mi pareja. No es la Sabina «estudiante» (por llamarlo de alguna manera), siempre busco cómo aprender cosas nuevas, cómo formarme, pero eso es porque siempre me apetece.

Bueno, podría seguir así un rato, pero mejor voy al grano. La Sabina que se siente cansada, harta, frustrada y hasta los huevos, es la Sabina trabajadora. Más específicamente, la Sabina que trabaja desde hace unos 14 años en el ámbito de la Educación No Formal. Le he puesto pasión y corazón. He tenido tantos trabajos diferentes que hasta yo me pierdo. Es cierto que hay 3 principales: profesora de inglés, monitora de campamentos y directora de mi propia empresa de ocio educativo (se llamaba Planeta Alicia, este blog nació con ella); pero en serio, incluso dentro de estos 3, si me pongo a detallar, podéis flipar, y como añada el resto de la lista, tendría que dividir el post en varias partes, así que voy a sobreentender que os hacéis una idea.

Hace tiempo que no me siento a gusto en este ámbito laboral. Ahora mismo me muevo entre actividades con las que me siento cómoda y en las que creo, pero que no me aportan ninguna estabilidad, ni seguridad, ni me llegan para cubrir las necesidades mínimas; y otras que puntualmente sí me aportan esas cosas, pero en las que ya no creo. Y no se trata ni siquiera de decidir entre unas u otras, ya que ninguna de las 2, por sí solas, es suficiente. Y así ha sido siempre, rascando de aquí y de allá, compaginando todo lo compaginable, rebuscando qué nueva faceta podía aportar a este mundillo.

No me entendáis mal, yo quiero trabajar, me gusta trabajar. De hecho, si no necesitara trabajar, no dejaría de hacerlo. Y no me arrepiento de nada, todo lo que he hecho me ha aportado muchísimo (aprendizaje, autoconocimiento…). Simplemente he llegado a un punto en el que quiero un cambio, y uno grande.

El punto de inflexión, después de todos estos años de locura laboral, ha sido este verano. Hace 10 años trabajé por primera vez en un campamento. Desde entonces, lo he vuelto a hacer muchas veces (urbanos e intensivos, con niños, con adolescentes, con adultos con diversidad funcional, he sido monitora de apoyo de niños con necesidades especiales, he trabajado en A Coruña, Valencia y Logroño…) y siempre he dicho que trabajar en campamentos era lo que más me gustaba. Con toda esta experiencia a mis espaldas y creyendo que pisaba terreno seguro y conocido, voy y me encuentro con el verano más duro y alguna de las jornadas más surrealistas de toda mi carrera. Los motivos son muchos y variados (no voy a entrar en ellos, evidentemente), pero la cuestión es que he descubierto que ya no me gusta, que ya no es lo que quiero. Como soy una buena profesional, hago muy bien mi labor, independientemente de todo esto; pero creo que es un trabajo que debe hacerse con otro sentimiento. Un sentimiento que tuve, que quizá vuelva a tener, pero que ahora mismo no tengo.

Lo que sí tengo es una idea muy clara de lo que quiero: estabilidad. Jajaja, no pido casi nada; creo que me he equivocado de generación, de sector profesional y de mentalidad (la emprendedora). Pero realmente lo tengo muy claro, es lo que quiero y estoy dando los pasos para conseguirlo. Ahora bien, no puedo trabajar en algo en lo que no crea, no soy capaz de vender un producto u ofrecer un servicio si no me siento conectada con ello. Así que ahí va mi deseo completo:

Quiero un trabajo a media jornada, preferiblemente por las tardes (disponer de tiempo para la familia es primordial para mí; además, siempre voy a tener más de un proyecto en la cabeza, no puedo evitarlo), en A Coruña, en un espacio donde se vendan productos de crianza,  juguetes, libros.. (es decir, cualquier sitio donde se ofrezcan recursos educativos o para las familias). Si además es un espacio donde se presten servicios relacionados (tipo talleres, cuentacuentos…), mejor que mejor. Y si es un lugar que ofrece actividades en inglés para peques a partir de 3 años, pues también maravilloso. En cualquiera de ellos puedo aportar muchísimo, ya que sé de educación, sé de gestión, sé de atención al público (pues sí, aparte de todo lo que os he contado, también he sido dependienta, camarera y acomodadora… que sí, que soy un culo inquieto), estoy acostumbradísima al trato con familias, me gusta gestionar redes sociales… y además, si creo en el producto, me sale venderlo de forma natural (estos productos los conozco bien, tanto como profesional/educadora, como madre e, independientemente de lo anterior, como persona apasionada de la crianza y la educación). Creo que mi deseo es totalmente coherente, y quería plasmarlo por escrito porque, aunque llevo unos meses con este proceso y ya he dado algunos pasos, ha llegado el momento de ponerme las pilas e ir a por todas, y nada mejor que expresarlo y dejar constancia para darme el empujón que necesito.

Deseadme suerte 😉

Me entrevistan

Hace unas semanas contactó conmigo una compañera con la que había trabajado en campamentos urbanos. Ahora está estudiando un Máster y para el proyecto que está realizando necesitaba entrevistar a alguien del gremio. Así que me lo pidió a mí, y yo encantadísima 🙂
Os dejo aquí la entrevista.
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Cómo te definirías como educadora?
Me considero una acompañante del proceso de desarrollo de cada educando con el que trabaje, y como tal procuro facilitarle los recursos, el espacio, el apoyo…, en definitiva, el mejor contexto para optimizar ese proceso; siempre atendiendo a la individualidad de cada usuario, respetando su libertad, procurando predicar con el ejemplo y  conectando con el aprendizaje de una manera divertida, significativa, interesante y alegre.
Por qué decidiste dedicarte a este sector profesional?
 Más que una decisión fue una sucesión de acontecimientos que me llevaron a tomar contacto con el ámbito de la Educación No Formal, y descubrí en ello mi pasión. Yo había estudiado Magisterio, pero no por vocación, sino por cuestiones prácticas. En cuanto empecé la carrera, fui consciente de que lo mío no iba a ser trabajar en un colegio. Al año de obtener la diplomatura me puse a trabajar en una asociación en la que hacía de todo; llevaba una amplia variedad de actividades (todas las de música, teatro, ajedrez, apoyo escolar…), con menores en situaciones varias (diversidad funcional, riesgo de exclusión social, hiperactividad…), además de todo tipo de tareas (atención al público, cuestiones administrativas, limpieza…).Fue un trabajo muy duro, pero, por primera vez en mi vida, me sentí en mi elemento. Desde entonces, nunca he dejado de trabajar en esto, de maneras muy diferentes, pero siempre en el mundo de la Educación No Formal.
Qué te llevó a montar tu empresa?
Estuve un año en la asociación y, durante los 3 siguientes, fui de trabajo en trabajo sobreviviendo malamente entre extraescolares, clases particulares, campamentos, animación en eventos… Y tenía la sensación de que cada vez iba a peor. Yo sentía que hacía bien mi trabajo, y que tenía mucho que ofrecer, pero las condiciones laborales eran un desastre, pura inestabilidad, y estaba muy lejos de vivir con un mínimo de comodidad. Quería mejorar mis condiciones laborales y ofrecer un servicio de calidad, esas fueron mis grandes motivaciones.
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Qué titulación académica tienes relacionada con el sector
ocio educativo y animación sociocultural?
Soy Monitora de Ocio y Tiempo Libre. Aparte de eso, estoy dilomada en Magisterio, en la especialidad de Educación Musical y he hecho un montón de cursos monográficos y formaciones varias (Primeros auxilios infantiles, Pintacaras, Espacios educativos creativos de La Pedagogía Blanca…).
Encuentras muchas dificultades en tu trabajo a nivel administrativo?
En mi trabajo y en la vida en general, lo cierto es que a nivel administrativo todo me parecen dificultades, creo que es un sector que funciona sencillamente mal (no por los profesionales, sino por el sistema). Cuando la empresa estaba en activo, una de las mayores cargas eran este tipo de tareas, especialmente todo lo que tenía que ver con Hacienda.
Qué dificultades encontraste para tener que dejar tu empresa?
Qué nuevo camino tomaste después?
Se juntaron varias cosas. Por un lado, la falta de experiencia en el ámbito empresarial (no tenía ni idea de marketing, por ejemplo, algo que ahora considero fundamental). Por otro, el hecho de no tener un local. Dada mi situación, decidí ofrecer el servicio sin disponer de un espacio propio, pero, al tener una filosofía tan personal, era muy difícil llegar a la gente; creo que no se llegó a entender el tipo de servicio que ofrecía, o quizá, sencillamente, no había nicho de mercado para ello. Lo cierto es que mi principal fuente de ingresos fueron los cumples, algo que yo a priori ni siquiera iba a ofrecer. Yo quería hacer actividades de ocio educativo multidisciplinares (extraescolares, campamentos, talleres…) y apenas tuve ocasión. Por último, y lo más determinante, a nivel económico no podía mantenerme; tenía trabajo regularmente y mis ingresos, para ser una empresa tan pequeña y de reciente creación (duró menos de 3 años) creo que eran razonables. Pero la cuota de autónomos era una losa con la que no podía convivir; si fuese proporcional a los ingresos, como en otros países, puede que mi empresa siguiese abierta y muy evolucionada hoy en día, pero con este sistema fue inviable.
Al cerrar volví a lo de antes (particulares, extraescolares, campamentos…), pero ahora me tomo el trabajo de otra manera, especialmente desde que me quedé embarazada unos meses después. Tengo mucha experiencia a mis espaldas, he visto el sector desde otro punto de vista y, aunque mi filosofía educativa no ha cambiado (más bien se va afianzando con los años), mi actitud sí. No tiene sentido sufrir, así que en cada trabajo busco la manera de ser coherente conmigo misma y de estar cómoda, predicar con el ejemplo y tener una convivencia sana con el resto del equipo. De todas formas, mi objetivo sigue siendo el autoempleo, de momento estoy buscando una opción viable, en proceso de definir un nuevo proyecto.
Qué corrientes pedagógicas y educativas utilizas en tus actividades?
Este es un tema complejo para mí, ya que desde siempre he tendido hacia la educación alternativa, pero ningún método me convence del todo. En cuanto conocía alguno e indagaba un poco, enseguida me sentía encorsetada. Y como creo que cada ser es diferente, opino que no existe un método válido para todos. Para mí lo fundamental es conocer a la persona con la que estoy trabajando, y así adaptar el acompañamiento, las actividades, los materiales, el espacio… Creo que tengo un estilo bastante personal, utilizo los recursos que me va dando mi propia experiencia vital. La única corriente que me ha convencido de momento es La Pedagogía Blanca; pero precisamente por eso, porque no se basa en un sistema, sino en una serie de principios que se pueden aplicar de infinitas maneras.
Si algo me define, creo que es el carácter lúdico, para mí el juego es el recurso de aprendizaje más importante; pero no vale para todos los usuarios ni para todas las situaciones, ojalá… Uno de mis materiales favoritos son los juegos de mesa, y suelo incluir el proceso de elaboración en mis actividades.
Qué es la musicoterapia y por qué la utilizas?
La musicoterapia es el empleo de la música con carácter terapéutico (a través del uso de la voz, del movimiento, propuestas rítmicas, con instrumentos…). Yo no la utilizo, porque no soy musicoterapeuta. Pero la conozco como usuaria. Tanto durante el embarazo como ahora con mi bebé, acudimos todas las semanas a una sesión de musicoterapia. Es un gran recurso para favorecer el vínculo, ya que la música es un lenguaje universal que sirve para comunicarnos antes de que empiece el lenguaje oral. La música para mí es una compañera fundamental, en el trabajo, en mi vida personal y ahora en la familiar, en casa se respira muchísima música.
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Utilizas la naturaleza y el medio ambiente
como elementos importantes de las actividades y talleres que ofertas?
Por qué consideras que es importante para la educación de tus participantes?
Procuro utilizarlos siempre que puedo y, desde luego, intento promover un consumo responsable y unos principios de cuidado del entorno en todo contexto educativo, me parece fundamental. El contacto con la naturaleza es importante para entender cómo funciona el mundo, cuál es el origen de las cosas y cómo ha ido evolucionando todo a medida que las personas hemos ido interviniendo; también nos aporta salud, y muchas experiencias a nivel sensorial de las que creo que es importante ser conscientes cuanto antes. Un ejercicio que me encanta es cerrar los ojos y escuchar durante unos minutos, practicar la escucha activa y consciente, y luego hacer una puesta en común; si se puede hacer esto con los mismos usuarios en un contexto urbano y en otro natural, creo que pueden aflorar experiencias muy significativas. Por otra parte, hay que acostumbrarse a que, aunque los que realmente dañan el medio son los «grandes» (empresas, fábricas…) y eso escapa a nuestro control, sí que podemos aportar pequeñas acciones que, unidas, se convierten en grandes, y eso intento transmitir a los peques (y a los mayores), sobre todo predicando con el ejemplo y explicando las cosas, no imponiendo normas que para ellos quizá no tengan sentido.
Qué visión tienes de la educación no formal?
La Educación No Formal es mi mundo, mi hábitat, no podría vivir sin ella. Creo que es donde se aprende lo más importante, ya que, tal como funciona el sistema, es donde se viven experiencias más significativas, donde el trato entre educador y educando es más personal, donde puedes profundizar desde pequeño en aquello que te apasiona…. Yo no recuerdo los cientos y miles de cosas que memoricé en la escuela, pero tengo imágenes muy claras de actividades que realicé en campamentos, en un taller de arte y manualidades al que acudí durante años, en las clases de música… Son experiencias que, en mi opinión, nutren mucho más que las de la escuela (al menos que la escuela convencional).
Ahora, en cuanto a la situación de la Educación No Formal, mi visión no es tan bonita; creo que no se valora, que no hay apoyos, que las condiciones laborales de los monitores, educadores y demás son de vergüenza (aunque últimamente han mejorado un poco)… Hay lugares que funcionan de maravilla, pero normalmente son empresas privadas que, al estar ahogadas por sus cuotas de autónomos, impuestos, alquileres y demás, tienen que cobrar un precio por las actividades que muchos no se pueden permitir, así que las actividades de calidad suelen quedar sólo para unos pocos.
Qué valoraciones de los clientes obtienes
respecto a las actividades que realizas?
Muy buenas, la verdad es que en ese sentido me siento muy satisfecha. Por norma, mis clientes (y mis usuarios) suelen quedar muy contentos con el servicio. Siempre hay alguna excepción, pero suele ser resultado de diferencia de enfoque o de entendimiento de la labor educativa, diferente filosofía del trabajo en definitiva. Me suelen decir que son actividades distintas a las que están acostumbrados y que los niños se lo pasan bien.
Qué supone para ti ser directora de actividades
y tener un equipo de trabajadores a tu cargo?
Una gran responsabilidad y un gran orgullo. Siempre que he trabajado en equipo siendo yo la responsable de la actividad he procurado que todos estuviésemos al mismo nivel a la hora de ejecutar las actividades. Yo me encargaba de organizar y, dependiendo de la situación, de tomar ciertas decisiones (además de tener la responsabilidad última de todo lo que pasase, por supuesto). Pero una vez concretada la labor de cada uno, todos adquirimos el mismo grado de responsabilidad, cada uno en su parcela. También he estado muy atenta al cuidado del equipo, que estén cómodos, que tengan todo lo necesario (siempre una botella de agua para cada uno, especialmente en las animaciones, que son largas y requieren mucha energía), que se sientan escuchados y respetados. Yo no creo que el empleador esté haciendo un favor al empleado, es una relación de mutuo beneficio, uno no puede funcionar sin el otro.
Cuál ha sido tu experiencia más gratificante en tu vida profesional?
Tener la oportunidad de llevar a cabo un proyecto propio (co-creado junto a una compañera). Casi siempre he ejecutado proyectos ajenos o, cuando eran propios, el cliente marcaba hasta tal punto las directrices que ya no lo sentía como tal. Pero esta vez lo conseguí. Y funcionó tan bien que tuvimos la ocasión de repetir con unos cuantos grupos. La actividad se llama Con-Sentidiños, y la llevamos a cabo en el Museo de Bellas Artes de A Coruña; además, pudimos adaptarla a dos formatos, uno para niños acompañados de adultos, y otro para adultos con diversidad funcional y/o en riesgo de exclusión social. Y ambos funcionaron de maravilla, fue un gran éxito, realmente gratificante.
CON-SENTIDIÑOS. Nosotras
El hecho de ser mujer,
supuso un problema para ti a la hora de montar tu propio negocio?
Lo cierto es que no lo sentí así, claro que en este sector somos gran mayoría de mujeres, y eso se nota. Puede que haya habido alguna situación adversa, pero se juntaban varios factores: ser mujer, ser joven, y mi falta de experiencia empresarial.
Qué piensas que debe de tener un buen líder?
Humildad, ser consciente siempre de que hay mucho por aprender y de que todos tienen algo que enseñar. Coherencia: lo que piensas, lo que sientes, lo que dices y lo que haces deben estar en consonancia (esta es una idea que le cojo prestada Laura Mascaró, aunque ella la aplica al hablar de crianza, creo que se puede extrapolar a cualquier contexto). Ser un buen mediador, ser capaz de pedir disculpas cuando te equivocas, y de guiar al grupo cuando sea necesario. Saber escuchar, saber transmitir.
De qué manera actúas frente a los problemas?
Ante los conflictos, diálogo. Ante un problema que no sé cómo resolver, busco ayuda. Soy muy partidaria de hacer listas de pros y contras para tomar decisiones. En cualquier caso, siempre hay que mantener la calma y, de nuevo, apelo a la coherencia.
Alguna vez has tenido que delegar responsabilidades en alguien?
Qué criterio seguiste?
Valoro el grado de confianza que tengo con esa persona, su eficiencia y profesionalidad, su experiencia para la tarea en concreto que deberá desempeñar y si compartimos la misma línea de pensamiento  respecto a la educación.

Se está mejor en casa que en ningún sitio

Hoy voy a contaros una historia muy personal.

Hace unos años, estaba pasando una temporada en Granada. Acababa de terminar la carrera, que estudié en Madrid. Pasé 5 años en la capital, y no veía la hora de irme. Viví experiencias maravillosas y, sobre todo, hice grandes amigos, pero nunca me sentí a gusto, no era mi sitio. Me sentía muy oprimida, necesitaba otro tipo de ambiente. Y decidí irme a Andalucía.

Sólo pasé unos meses en Granada. Aunque la ciudad me resultaba muy agradable, era un hábitat mucho más afín a mí, en la práctica no me iba muy bien. No conseguía trabajo, estaba bastante sola, tuve que cambiar varias veces de piso y tuve muy malas experiencias con algunos compañeros. Me sentía perdida. Había acabado la carrera, tenía ganas de hacer muchísimas cosas, y no podía hacer nada. No tenía ni idea de por dónde tirar, no sabía lo que quería.

Entonces, una amiga vino a visitarme unos días. Lo recuerdo como un momento bastante terapéutico, hablamos mucho, lloré mucho. Una noche, nos pusimos a ver una de mis pelis favoritas desde la infancia, «El Mago de Oz».

El_Mago_De_Oz_(Edicion_Especial)-Caratula

Y, de repente, lo vi claro. Estaba buscando aprendizaje, experiencias, el sentido de mi vida, y creía que tenía que irme lejos para encontrarlo. En algún momento sí, lo necesité, pero había llegado la hora de volver a casa. Ahora, casi 10 años después, analizando ciertos aspectos de mi vida, veo que lo que he hecho es acercarme a casa más y más, al menos físicamente. Vivo muy cerca de la casa en la que me crié. Aquí me he casado con alguien que, aunque conocí de mayor, siempre tuve cerca (vivíamos en barrios cercanos y fuimos al mismo instituto). Aquí hemos tenido a nuestro hijo. Aquí se ha desarrollado mi carrera profesional. Y tengo claro que es aquí donde quiero vivir. Desde que volví, nunca más lo dudé. Puede que en algún momento nos vayamos, pero, a día de hoy, le cojo prestada a Dorothy su frase:

PASEO MARÍTIMO

 

 

Se está mejor en casa que en ningún sitio.

Se está mejor en casa que en ningún sitio.

Se está mejor en casa que en ningún sitio.

 

 

Aunque en aquel momento tuvo un sentido literal, ahora sé que de lo que se trata es de sentirte en casa, da igual dónde, da igual con quién… En casa es donde puedes ser tú mismo. Sólo que a veces, como fue mi caso, es necesario alejarse mucho para darse cuenta.

El relato de mi parto: Un parto respetado y feliz

Tenía muchas ganas de contaros la historia de mi parto. Lo primero, deciros que fue totalmente natural, como yo quería, y muy rápido (unas 2 horas de trabajo de parto intenso, que fue lo que pasamos en el hospital, y, en total, unas 8 hora y media). Palabras que se suelen asociar con este proceso, como «miedo», «nervios», «trauma»… no van a formar parte de mi relato, porque en ningún momento sentí tales cosas; es cierto que me preparé y me informé (a través de lecturas, consultas a profesionales y a usuarios, reuniones en asociaciones, actividades físicas varias…), y pude ir a parir a donde quería, al sitio que me inspiraba confianza y que me ofrecía lo que buscaba (como os conté aquí), por lo que en todo momento me sentí segura y tranquila. Mi manera de gestionar el dolor fue una suma de movimiento, respiración y vocalizaciones, tirando de recursos que fui conociendo a lo largo del embarazo, pero que apliqué de una manera totalmente instintiva. También quiero resaltar que sólo tengo elogios para el maravilloso equipo que nos atendió en el Hospital Virxe da Xunqueira, tanto en el parto como en las 48 horas posteriores que pasamos ingresados, fue todo maravilloso.

1ªparte: EN CASA

Salí de cuentas un domingo y el lunes por la noche me noté rara, pensé que no me había sentado bien la cena, jeje. Me metí en la cama sobre las 2.00h diciendo «Esta noche no duermo», pero sin tener ni idea de lo que implicarían esas palabras un rato después. Estaba convencida de que no estaba de parto (me habían dicho que cuando tienes contracciones de parto no tienes dudas, y que el dolor venía de la zona lumbar, y en mi caso era por delante, por debajo de la barriga), pero no estaba cómoda, y a las 4.30h decidí empezar a cronometrar por si acaso. Notaba ciertos picos de dolor (por decir algo, en realidad era una molestia muy llevadera, lo paso mucho peor con la menstruación), pero no eran regulares, aunque sí bastante frecuentes. Sobre las 6.00h me decidí a arrancar al hospital, la cosa se iba poniendo más intensa, aunque seguía siendo bastante suave. Una hora después arrancábamos.

2ª parte: EN EL COCHE

El viaje duraba hora y media, y yo estaba preocupada porque claro, en casa me movía libremente y gestionaba genial las molestias, pero no sabía cómo iba a ser al tener que estarme sentada y quieta… Pues estuve comodísima, no se me hizo nada largo. Lo único un poco duro fue el último cuarto de hora, que tuve un par de contracciones algo más fuertes y entre una y otra no sentí el alivio habitual, por lo demás genial.

3ª parte: EN EL HOSPITAL

Llegamos sobre las 8.30h y nos acompañaron a la sala de partos (un espacio pensado para nuestra absoluta comodidad, con luz tenue, paredes de un color cálido, ausencia de ruido…) , me dieron el típico camisón y me pusieron el monitor durante media hora (no tenía cables, así que pude moverme libremente). La matrona me ofreció un saquito de semillas para darme calorcito en los riñones; cuando venía la contracción, yo me apoyaba en la repisa de la ventana, de pie, y me movía, y ella colocaba el saquito sobre mi zona lumbar y acompañaba mi movimiento.

Cuando me quitó el monitor me hizo un tacto (la única intervención que hubo en todo el proceso) y había dilatado unos 5 o 6 cm. A estas alturas las contracciones eran bastante intensas. Me ofreció llenarme la bañera para seguir dilatando en agua calentita y dije que sí, me apetecía mucho, pero no hubo tiempo. Mientras la llenaban, mi cuerpo me pidió un cambio, y empecé a apoyar una pierna doblada en la cama, mientras la otra seguía en el suelo. Y, de repente, subí a la cama a gatas y ahí me quedé, a cuatro patas. Sentí algo diferente, y empecé a empujar; nadie me dio instrucciones, fue todo totalmente instintivo, y no estaba segura de lo que estaba pasando, no podía creer que fuese tan rápido y tan fácil. A partir de ahí todo resultó muy salvaje, muy primario; yo no podía hablar, sólo centrarme en gestionar mis sensaciones, estirando mi cuerpo y emitiendo vocalizaciones, con una potencia de voz de la que desconocía que fuera capaz. Me saqué el camisón y las gafas, si me preguntaban algo asentía contundentemente con la cabeza, o directamente pasaba de todo. Lo cierto es que, aunque evidentemente todo esto duele, y mucho, lo describiría más como una sensación tremendamente intensa que dolorosa, es algo muy difícil de describir. Un rato después sentí la cabeza y, mientras empujaba para ayudarle a asomar, me di cuenta de que mi bebé estaba a punto de nacer y no le iba a ver (soy muy miope) y grité: «¡GAFAS!», jejeje. Esta fue la parte más difícil, pero, una vez que estuvo fuera la cabeza, llegó lo más maravilloso que he experimentado en la vida: el expulsivo del cuerpo fue alucinante, no sólo no dolió, sino que me resultó extremadamente placentero y refrescante (de hecho, me dio mucha pena pensar en la cantidad de gente que se perderá esta sensación por miedo a intentarlo; entiendo que mi parto fue muy corto y muy fácil, probablemente en otras circunstancias habría pedido la epidural, pero creo que de entrada merece la pena intentarlo, ese momento es tan gratificante que compensa con creces todo lo demás, al menos en mi caso así fue).

Y ya está, me pusieron a mi bebé encima y tuvimos nuestro piel con piel, no solo respetado, sino muy incentivado por todo el personal. El alumbramiento de la placenta fue muy similar al expulsivo del cuerpecito, ¡una pasada! Tuve un pequeño desgarro, y me dieron 2 puntos, eso sí, me consultaron antes si quería ponérmelos o no. También se implicaron muchísimo en el establecimiento de la lactancia (esto sí que no fue fácil, desde que llegamos al hospital pasaron menos de 2 horas hasta que nació el bebé, pero más de 20 hasta que se enganchó correctamente al pecho).

Soy consciente de que somos muy afortunados de haber tenido un parto tan bueno, pero no creo que todo se deba al azar, en absoluto; ha habido un trabajo de preparación por mi parte muy importante, y, ante todo, creo que es una cuestión de actitud. Yo siempre tuve claro que mi objetivo era dar a mi bebé la mejor bienvenida posible, y ayudarle a salir de mí, que es en lo que creo que consiste parir. Los profesionales están para acompañar el proceso e intervenir lo justo y necesario, o lo que se les demande en función de las preferencias de cada familia, y el acompañante para dar apoyo, mimos y ánimos, y hacer de intermediario; todos ellos hicieron una labor de quitarse el sombrero. Pero para parir está la madre y para nacer el bebé, que es el que tiene el trabajo más duro, así es como yo lo veo, y, afortunadamente, lo que viví fue acorde con mis creencias.

 

Y ahora viene la ronda de agradecimientos:

-A la Asociación El Parto Es Nuestro, porque asistir a sus reuniones iluminó realmente mi camino, ha sido fundamental ese espacio de compartir experiencias e inquietudes.

-A la musicoterapeuta Carla López, de Musicoterapiactiva, por su acompañamiento musical durante el embarazo que tanto placer y bienestar nos han aportado a ambos, y por todos los recursos que nos ha ido facilitando en el proceso.

-Al espacio Arkhé, por ofrecer un entorno y unas actividades tan coherentes con las necesidades de una futura mamá y su bebé. Y, especialmente, a Aida (de Planmai) y a Ana, por ponerle tanto mimo y profesionalidad a su trabajo.

-Al Hospital Virxe da Xunqueira, por su fantástico protocolo de atención al parto (y al pre y al post), por la magnífica atención de su equipo, por promover cosas tan importantes como el piel con piel, la lactancia materna, el respeto a las decisiones de la familia, la comodidad de los usuarios… Y, especialmente, a Isa, la matrona que nos acompañó esa mañana tan especial.

-A mi marido y a todos aquellos miembros de la familia, amigos, etc. que nos han acompañado y apoyado incondicionalmente en este proceso.

¿Por qué quiero parir a hora y media en coche de mi casa?

Dentro de aproximadamente un mes conoceremos a nuestro primer hijo, y, por supuesto, queremos recibirle como se merece. Yo siempre he estado convencida de los beneficios de un parto lo más natural (y, por tanto, lo menos intervenido) posible, y sé que en el hospital que me corresponde tengo pocas probabilidades de conseguirlo, incluso las mejores experiencias que he escuchado en ese centro tenían pegas importantes. Así que hemos valorado distintas opciones. El parto en casa quedó directamente descartado, no fue necesario profundizar en el tema, es simplemente una cuestión económica; la privada, evidentemente, idem. ¿Qué nos quedaba? Buscar hospitales públicos con protocolos de parto respetuoso. En Galicia tenemos 2 (igual hay alguno más, ojalá, pero no ha llegado a mis oídos de momento): el Hospital Salnés en Vilagarcía y el Virxe da Xunqueira en Cee.

Decidimos optar por el segundo, partiendo de que ambos presentan a priori las mismas características, este tiene algunos puntos a favor: es el que nos corresponde por zona, al ser mucho menos conocido el acceso es más sencillo(el Salnés tiene solicitudes de toda España), el entorno del hospital es mucho mejor (el de Vilagarcía está un poco apartado y en zona industrial y de carretera; el de Cee, en pleno pueblo y enfrente a la playa, con un parque delante; esto es muy personal, pero es que a mí los pueblos de esa zona me encantan y, claro, verme ahí dando mi primer paseo con mi bebé ya me da subidón).

De momento hemos ido 3 veces: la primera simplemente a pedir cita, la segunda a una consulta en tocología (en la que revisaron la historia de mi embarazo y nos explicaron qué tenemos que hacer en Coruña y qué allí a partir de ahora) y la tercera, esta mañana, una charla con la matrona en la que nos han informado sobre el plan de parto y nos han mostrado la sala de partos. Vengo eufórica, no me puedo creer… todo, ¡ha sido maravilloso!

Voy por partes (hablo en todo momento de mi experiencia personal y de lo que me han contado otras mamás, papás y profesionales, yo no dispongo de la verdad absoluta, pero soy una persona informada e interesada por el tema, como madre, como profesional y como ente social):

-Plan de parto: en Coruña quizá te mencionen en algún momento la posibilidad de entregar un plan de parto (a no ser que te informes por tu cuenta, poco más), o quizá no te enteres de que tal cosa existe hasta después de haber parido. En Cee hay, dentro del protocolo de seguimiento del embarazo, una charla grupal para explicarlo y una cita individual en la que lo cubren contigo. Además en la charla te lo dan, te dan físicamente el documento para que lo cubras; y no es nada alternativo ni radical, es un documento del SERGAS.

-Asesoramiento: sencillamente, en una charla de menos de una hora hemos quedado más tranquilos e informados que en infinidad de citas a lo largo de estos 8 meses (a excepción del anestesista, que nos atendió de maravilla).

-Prioridades: nos dejaron clarísimo que lo importante para ellos es la madre y el bebé, nuestra comodidad, respetar nuestra intimidad y deseos (siempre en la medida de lo posible y de lo razonable, lógicamente); frente a frases tipo «hay que confiar en la ciencia» o «el médico ya se encarga de todo», esto es otro mundo, en el que te transmiten que el proceso es tuyo y del bebé, y del acompañante si lo quieres.

-Entorno: recalcan la importancia de cuidar mucho el ambiente en el que se va a recibir al bebé para no estresarlo (luz tenue, evitar ruidos y vocerío…).

-Profesionalidad: he de decir que en Coruña hemos tenido muy mala suerte, no hablo de atención médica, sino de burocracia. El programa de pruebas y citas a lo largo del embarazo es muy intenso, implica mucho tiempo y puede resultar bastante estresante. Yo estoy a favor de aprovechar los avances de la ciencia, y ahora tenemos la suerte de saber mucho en ese aspecto, pero creo que no se optimizan los recursos. Hemos acudido a varias citas en las que, básicamente, me pesaban, me medían la tensión, y me comentaban los resultados de la última ecografía, analítica o lo que tocara; a mí esto, a estas alturas, me parece innecesario, creo que tenemos los recursos para evitar acudir al centro de salud y ocupar horas que quizá otras personas necesiten con urgencia para algo que se puede resolver pasando por la farmacia y enviando los datos al centro, por ejemplo. Evidentemente, si hay algo anómalo en las pruebas, sí debes ir y que te atiendan personalmente, pero si va todo bien, que es lo normal, ¿para qué? En mi caso, he tenido un embarazo maraviloso, sin ningún problema y apenas alguna molestia esporádica, pero he tenido la mala suerte de que se han cometido muchos errores que me han hecho repetir citas y más citas (un fallo de laboratorio por aquí, una información errónea por allá, una equivocación al valorar ciertos datos de la ecografía… y suma y sigue, esto me da para varias entradas más, así que mejor me lo salto). Me lo tomo con humor, pero por momentos ha sido desesperante y me ha producido mucho estrés y preocupación, cuando no había en ninguno de los casos motivos reales para ello; y eso no es bueno, ni para mí ni para mi bebé, que mientras esté dentro de mí disfruta conmigo pero también sufre conmigo. En cambio, cada uno de los trámites que hemos realizado en el hospital de Cee han sido atendidos con absoluta profesionalidad y eficacia, nos han informado de todo directamente, sin necesidad de preguntar.

 

En definitiva, la sanidad es un servicio público, que pagamos todos, y por tanto tenemos derecho a recibirlo con calidad y a ser los protagonistas del mismo; especialmente en un proceso tan delicado como es la maternidad, y siempre entendiendo que una mujer de parto no es una paciente, sino una usuaria. Siento que me quedan cosas por decir, pero ya os contaré más adelante. Y que quede claro que no escribo esto para convencer a nadie, ni creo que la opción que estoy eligiendo sea la mejor; simplemente es la mejor para mi familia aquí y ahora, y creo que es importante dar a conocer la existencia de opciones y tomar conciencia de la importancia de informarse. Todo tiene sus pros y sus contras, cada uno debe valorar los suyos, y respetar siempre las opciones de los demás.

Si te apetece comentar algo, encantada de leerte y conversar; el tema da para mucho, esto son sólo algunas pinceladas para empezar.

Os contamos cómo fue nuestra actividad familiar en el Museo

Como os contaba por aquí hace unas semanas, hemos estado llevando a cabo una actividad en el Museo de Bellas Artes para niños y papás. Ha sido un exitazo, incluso hemos completado el aforo, estamos muy contentas.

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Os cuento, se trataba de un recorrido por los 5 sentidos, con 2 objetivos:

-conocer un poco mejor los entresijos del Museo

-sensibilización hacia las personas con diversidad funcional

 

La actividad se dividía en 3 partes. Primero nos dividíamos en grupos para localizar, a través de pistas, una serie de cuadros; y, una vez localizados, cada grupo preparaba una presentación para explicar a los demás cuál era su cuadro y que estos lo averiguasen también. Así trabajamos la vista y el oído.

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Nuestras hojas de pistas, con el alfabeto en Lengua de Signos y en Braille

 

Después, un taller en el que, inspirándonos en diferentes olores, creábamos un cuadro con texturas firmado en Braille, trabajando así el olfato y el tacto.

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¿A qué huele? ¿Qué imágenes nos evocan estos olores?
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Texturas para crear (lanas, algodón, sal, telas…)

Por último, las estaciones del gusto, del placer, experimentando en grupo diversas actividades muy agradables.

Además, en todo momento había una persona en cada grupo simulando una discapacidad (por ejemplo, con los ojos tapados), con lo que trabajamos la sensibilización y los recursos que les podemos ofrecer a estas personas para disfrutar de la experiencia de visitar un museo y jugar en grupo.

 

Los usuarios han disfrutado mucho, estamos muy felices de haber compartido con ellos esta preciosa experiencia y esperamos poder ofreceros más muy pronto. Muy, muy agradecidas, de verdad.

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Gema Santos y Sabina Díaz, disfrutando mucho mucho

Actividad familiar en el Museo de Bellas Artes

Terrícolas, depués de tanto tiempo Planeta Alicia sigue recogiendo algún fruto, jejeje. El Museo de Bellas Artes de A Coruña ha decidido apoyar uno de nuestros proyectos y este otoño formamos parte de su programación de actividades:

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Actividad: La propuesta consiste en fusionar el conocimiento de nuestro cuerpo, de nuestras habilidades y capacidades, con la sensibilización por la integración de las personas con diversidad funcional. Se hará un recorrido por los cinco sentidos, observando determinadas obras del museo y las sensaciones que estas producen. También se tomará contacto con la lengua de signos y el Braille.

Fechas: sábados 17 y 24 de octubre, y 7 de noviembre

Horario: 11.30h – 13.30h

Destinatarios: niños entre 6 y 12 años, acompañados de 1 adulto

Inscripciones: en este enlace

Tras el éxito de la primera sesión el sábado pasado, no queremos que os perdáis la oportunidad de asistir y compartir con nosotras esta maravillosa experiencia. Os esperamos en el Museo, terrícolas 😉

Fin de curso: así fueron nuestros Juegos en Inglés, y otras actividades…

Pues sí, terrícolas, ha terminado el curso y estamos un poco nostálgicos. Los finales implican comienzos, pero antes es necesario cerrar y despedirse.

Este año ha estado plagado de experiencias y aventuras maravillosas, y, como siempre en Planeta Alicia, nos mueve la multidisciplinariedad (jejeje, ojo con el «palabro»). Aquí tenéis algunas de las cositas que hemos hecho:

CartelMAIL RECORDATORIO 2013-14

Una de las actividades que mejor acogida ha tenido ha sido la de Juegos en Inglés. En ella hemos creado nuestros propios personajes, y con ellos hemos indagado en distintos temas, como las partes del cuerpo, la ropa, las habitaciones y muebles de la casa, los elementos de la ciudad, los estados de ánimo, las mascotas, los oficios… Hemos trabajado todo esto elaborando nuestros propios materiales y fantaseando con ellos, acompañándoles en diversas experiencias, y, por supuesto, jugando y divirtiéndonos mucho mucho mucho.

CartelMAIL JUEGOS EN INGLÉS 2014

Y seguimos adelante, nos esperan muchas aventuras, de hecho ya hay una a puntito de empezar, que son nuestras actividades de verano. Podéis echarles un vistazo aquí.

Gracias por estar ahí, ha sido un curso maravilloso y, si no nos vemos antes,

¡Feliz verano, terrícolas!