Entrevistas a jóvenes educadores: Carla López

«Resulta tan absurdo tratar de formar treinta mentes distintas en un aula como tratar de cuidar treinta plantas distintas en la misma maceta y con la misma cantidad de agua y abono»

«Existe un monopolio intocable de la educación válida, y me preocupa que el sistema no permita educar si no es a su imagen y semejanza»

Carla López

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Mi nombre es Carla López y me dedico profesionalmente a tratar de facilitar herramientas, procesos, para mejorar la calidad de vida de las personas mediante el uso de la música. Por norma general y sistemática se me etiqueta como musicoterapeuta.

¿Qué te movió a dedicarte a esto?

El interés por descubrir aquellas vías, con la música como herramienta mediadora a través de los procesos humanos, que puedan favorecer la realización personal de una manera honesta.

¿Cuál ha sido tu experiencia más gratificante en tu vida profesional?

Descubrir, de forma bastante reciente, que a menos intervención, mayor y mejor desarrollo. Lo que, además de ser contraintuitivo de entrada, resulta complicado de desarrollar en el día a día porque, desde fuera, parece que se nos intenta inculcar que a mayor control, mejores resultados. Lo cual es cierto y funcional desde el punto de vista del capital, pero no del humano.

¿Qué es la educación para ti?

De entrada, debería ser un proceso de enriquecimiento e incorporación de herramientas, ya sean emocionales, lógicas, sociales o culturales. Y por supuesto un proceso interior, en el que la persona y sus conocimientos sigan un desarrollo basado exclusivamente en los intereses y necesidades de ésta, no en los del sistema económico.

¿Qué opinas del sistema educativo convencional? Si pudieras, ¿qué cambiarías?

Que está obsoleto. Habría que revisar las bases de ese sistema. Desde la figura casposa y trasnochada del educador en el pedestal que transmite datos como una enciclopedia parlante y los exige de vuelta sin cuestionamientos por medio de un examen, hasta el enfoque utilitarista de la educación como un proceso a largo plazo de selección de personal laboral, pasando por la secuenciación y fabricación en masa de individuos supuestamente válidos socialmente, como si fuésemos comida industrial. Todo es artificial.
Cada persona aprende, de forma natural, a su ritmo y en función de su curiosidad e interés de conocimiento. Cada mente es distinta, y resulta tan absurdo tratar de formar treinta mentes distintas en un aula como tratar de cuidar treinta plantas distintas en la misma maceta y con la misma cantidad de agua y abono. Y siguiendo con el símil vegetal, las plantas no dejan de crecer desde junio hasta septiembre. Hemos de pasar de la categorización y estandarización mercantilizada como fin único y último, a la evolución personal como punto de partida y desarrollo.
Por otra parte, legislación y legisladores deberían actualizarse y abrir las puertas a posibilidades distintas de formación y educación. Somos de los pocos países de la Unión Europea en los que, por ejemplo, el homeschooling tiene un vacío legal. Existe un monopolio intocable de la educación válida, y me preocupa que el sistema no permita educar si no es a su imagen y semejanza.
Quiero dejar claro, no obstante, que, a pesar de todo, en este momento hay excelentes
profesionales de la educación haciendo una inmensa labor.

Últimamente, se habla mucho sobre la conveniencia o no de mandar deberes a los niños, ¿qué opinas?

Aún no he visto a ningún adulto aplaudiendo cuando después de ocho horas de oficina tiene que llevarse trabajo a casa. No veo por qué un niño debería entenderlo y en consecuencia yo tampoco lo entiendo.

Hoy en día muchos padres se sienten perdidos acerca de su papel en la educación de sus hijos, ¿qué les aconsejarías?

En general, muchas familias se preocupan. Y no sólo eso, sino que quieren que empiece a haber cambios en la forma de hacer las cosas. Quizás les diría que se involucren más en el proceso educativo, que no tengan miedo a formar parte de él, porque de hecho son el pilar fundamental. Que sean conscientes de que aquello que les vendieron en su momento no tiene que ser lo correcto. Que desaprendan y vuelvan a aprender porque puede haber, y hay, múltiples caminos, todos ellos perfectamente válidos.

Recomiéndanos algún libro y/o película de temática educativa:

En cuanto a películas, «El juego de Ender» y «Canino (Kynodontas)», son dos buenos ejemplos alegóricos de los fallos de una educación dirigida por un interés ajeno a la persona, en base a una perspectiva sesgada de la realidad.

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«El juego de Ender», de Gavin Hoodkynodontas«Canino», de Giorgos Lanthimos

La película «El planeta libre» y el libro «Los papalagi» son ejemplos de cómo aquello que nos parece socialmente correcto, desde otra perspectiva puede resultar absurdo o innecesario.

El planeta libre
«El planeta libre», de Coline Serreau
LosPapalagi
«Los Papalagi», de Erich Scheurmann

Y por último el videoclip de la canción «Bizness», de tUnE-yArDs, que si se ve después de leer la entrevista no necesita demasiada explicación.

Muchas gracias.

 

Otras entradas de esta serie:

-Presentación

-Entrevista a Belén Pin

-Entrevista a Saleta Alonso

-Entrevista a Juan Monroy

-Entrevista a Chus Álvarez

-Entrevista a Sabina Díaz

 

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